Donde el alma danza con la tierra propia

El baile no es sólo técnica, es un relato, es amor por lo qué se hace. Con cada paso se genera una emoción, cada coreografía es una página y el movimiento se convierte en lenguaje, El Camaruco no es solo una escuela de danza, ellos transforman el arte de bailar en una forma de decir lo qué el corazón guarda en silencio.

La melodía mueve todo cuando la inspiración fluye y el arte conmueve.
Busca transformar cuerpos en memoria viva, con raíces autóctonas que tocan lo terrenal.
Y en la tierra de nuestra región, la huella que deja nuestra Escuela de Danzas “El Camaruco” es la pasión por lo patagónico. Esto es su identidad, su marca y su ser. Viven con estilo propio: no para parecerse a los demás, sino porque encuentran en ello su carácter pasional.

Antes de que comience la presentación del Tango Tribal Malambo en la Feria del Libro 2025, tuvimos el placer de hablar con Nazareno Valverdi, el director de la escuela, y coincidimos con él cuando nos dice que el estilo siempre cambia, pero la profundidad se mantiene.
Eso es lo que sucede en el arte de bailar. Todo paso puede cambiar, pero lo simbólico del placer que transmiten siempre va a estar arraigado en cada movimiento y vibra patagónica que difunden por el mundo.
Y entonces a las personas que interpela, se les abre un espacio de la cultura regional que visibiliza aquello que no se ve: la cultura folclórica, que no es solo la patagónica, sino lo nacional.

Amelie Labrin

Desde sus comienzos, hace 56 años, El Camaruco afrima que: “es fanático de toda esa cultura”. De aquella que implica escuchar, bailar y compartir. De todo lo que implica “hacer” folclore. Y dentro de eso que sucede, la convivencia interpela y choca al grupo en sí, pero también los une para visibilizar, conocer y expresar.
El Tango Tribal Malambo nos muestra una historia danzada, marcada por el arte que tenemos: desde la Patagonia hasta todos los rincones del norte Argentino, y al hacerlo, nuestros sonidos autóctonos de cultrunes, trutrucas y pifilcas hacen del tango y al malambo, un nuevo lenguaje regional.

Por eso, el arte no solo se representa, hoy se vive, se encarna y se narra como acto de amor y pertenencia.
“Nosotros somos contadores de historia, no solo patagónicas, sino nacionales. Y en cada cuadro nuestro, cada obra nuestra, es un pedacito de un libro.”

Un cálido agradecimiento al equipo del Camaruco y a Nazareno Valverdi, por visibilizar la danza que nos atraviesan el cuerpo y el alma con nuestras raíces patagónicas.

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